Llegó a Estados Unidos sin saber inglés y con 300 dólares: hoy es directora de vuelo de misiones de la NASA a la Luna

La ingeniera Diana Trujillo, nacida en Colombia, empezó haciendo trabajos de limpieza en casas y de venta en panadería. En una entrevista con Infobae, cuenta cómo fue que se despertó su vocación por explorar el espacio y concretar sus sueños

Por Valeria Román – 9 de Julio de 2022 (con irformación de Infobae)

Diana Trujillo emigró a los 17 años desde Colombia a los Estados Unidos. Solo tenía 300 dólares y no sabía inglés. Hoy tiene 41 años. Es madre e ingeniera, y ha sido seleccionada como una de los siete directores de vuelo de la NASA para ocuparse de la supervisión de las misiones que vayan a la Estación Espacial Internacional, de la tripulación comercial y del programa Artemisa, que busca un meta ambiciosa: llevar a “la primera mujer y al próximo hombre” al polo sur de la Luna en 2025.

Para Trujillo, tanto la meta para llegar a la Luna como la de los seres humanos poniendo sus pies en Marte no son imposibles. De hecho en su cuenta en la red social Twitter ya se define como “Marciana; Latina; De Cali/Colombia pal’ Mundo”. En una entrevista exclusiva con Infobae por Zoom, Trujillo contó qué hará como directora de vuelo de la NASA y cómo gestiona sus emociones desde un rol que implica muchas horas de trabajo en equipo y tomar decisiones rápidas. También -con humildad y dulzura- dejó un mensaje para niñas y adolescentes que tengan interés en cuestiones del espacio y el más allá.

Nació en Cali, Colombia, en 1981. Su abuela y su mamá la llamaban “Princesa Diana” en referencia a su nombre y al de Lady Di, quien ese año se casó con Carlos, Príncipe de Gales, en una ceremonia que fue un evento globalLa abuela no pudo acceder a la escuela primaria cuando era niña, y su madre no pudo terminar la universidad. Pero le trasmitieron a Trujillo su apoyo para que siguiera adelante más allá de los obstáculos.

De niña, se tiraba en el pasto y miraba al cielo y le surgían preguntas sobre la Luna, los planetas, el Sol o el universo en general.

Durante su infancia, el clima de violencia política que vivía Colombia la afectaba, y encontró literalmente un lugar de paz en el cielo. Ir a jugar afuera implicaba riesgos. “Descubrí mi interés por las cuestiones del espacio al mirar el cielo”, contó. Se tiraba en el piso y miraba al cielo y le surgían preguntas sobre la Luna, los planetas, el Sol o el universo en general. “¿Cómo era que los planetas y las estrellas podían coexistir sin caos?”, se preguntaba.

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