#HistoriasQueInspiran Claudymar Garcés y el sueño de tener un dojo

“Mis lesiones, mi pelea interna conmigo misma, de que no creía en mí, de ser tan buena. Me bloqueaba en las competencias”

#Historias que inspiran.Programa que forma parte de Italbank Internacional, dentro de su proyecto de responsabilidad social.  Carlos Dorado: Presidente de Italbank Internacional.  

OBSERVADOR LATINO 14-05 -2022

Claudymar Garcés es una joven exitosa que ha dejado el nombre de Venezuela en lo más alto del deporte.

En 2020 le regaló al país muchas alegrías con el quinto diploma olímpico de Tokio, luego de disputar los -61kg de kumite (karate) en el Nippon Budokan.

Hoy, forma parte de «Historias que inspiran, persiguiendo un sueño«, una serie de la entidad bancaria internacional Italbank, que resalta los logros de quienes dejan una huella imborrable.

Orgullo de Puerto Cabello (Carabobo), Claudymar Garcés lleva en la sangre su pasión por el karate. A los 3 años se inició en esta disciplina, guiada por su mamá, Claudia Sequera, quien fue campeona del mundo Budapest-Hungría (1984) en Kumite Adulto -53kg. Pero también, con la experiencia de su papá en su momento, debido a que fue entrenador de pesas olímpicas de varios países. «Somos una familia de deportistas».

Claudymar Garcés es una joven alegre, divertida, risueña, muy perfeccionista. Su nivel de exigencia consigo misma ha sido clave en sus logros. Ella es muy persistente, optimista, guerrera, y no se queda tranquila hasta lograr la meta propuesta, de hecho, se niega a aceptar un «no» como respuesta. «La clave del éxito es el compromiso. Hay que tomarse las cosas a pecho y ser feliz. No rendirse», dijo.

La competencia que siempre está presente en ella fue los Juegos Centroamericano y del Caribe Barranquilla 2018, pues siendo joven, competía en la categoría adulto. Llegó a la final y obtuvo el oro para Venezuela. De allí, clasificó a los Panamericanos Lima 2019. «Me la disfruté demasiado, solo quería pelear y demostrar que sí merecía estar allí».

Sus entrenamientos son diarios, comenzando con aquellos físicos en la mañana (3 horas) y por la tarde, con los ejercicios técnicos-tácticos (3 horas).

El aplazamiento de algunos torneos por la pandemia de covid-19 fue lamentable para Claudymar Garcés, quien estaba en Estados Unidos preparándose. Aún así, seguía entrenando en la calle, en la plaza, en los estacionamientos.

«Fue una parte muy dura. Tenía un sueño y lo quería cumplir. No me importaba qué estuviera pasando. Yo quería entrenar y hacer las cosas bien», contó.

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