Conoce las «Cartas a un hijo» del empresario Carlos Dorado

Son experiencias aleccionadoras las que enriquecen al hombre. En la obra «Cartas a un hijo»del empresario Carlos Dorado, se encuentran varias enseñanzas del sentido común que permiten construir un mundo de valores, desde la familia, el entorno y la sociedad.

Hablamos con su autor, sobre este libro realista y pragmático, que surgió de importantes vivencias en primera persona y también, de aquellas transmitidas por sus padres.

«Creo que es bueno que se conozcan y quizás puedan servir de similitud, de inspiración, de guía a otras personas», contó Carlos Dorado sobre esos momentos descritos en las páginas y que son referencias para quienes aprenden de lo vivido en función de construir su futuro o vivir el presente.

«Cartas a un hijo» se escribió desde el corazón, «sin pretensiones más allá de llevarle al lector lo vivido y lo aprendido». Allí, se hace énfasis en aquello que en su momento pudo ser calificado como de grandes dificultades, siendo, luego, maestros de vida.

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-Yo siempre he sido un gran defensor de las dificultades, como un maestro que forja carácteres, porque son las que hacen fuerte a las personas, a los países. Son esas experiencias las que se van acumulando y fortaleciendo a uno, como persona. Por lo cual, si tuviera que clasificarlo, diría que es un libro de la vida, de experiencias, de aprendizaje.

Las etapas de la vida

Cada etapa de la vida de una persona tiene sus características particulares, dijo Carlos Dorado, sus necesidades diversas, pero al final el objetivo es uno solo: ser felices.

«Nunca se termina de aprender, donde la vida es una experiencia continua, que se va acumulando a través de los años. Nunca se termina de contar, cada etapa tiene sus cuentos, sus historias, sus alegrías y sus penas», señaló Carlos Dorado.

En esta tercera etapa de la vida de una persona, como es la vejez, es bien interesante. «Porque tiene mucho vivido y acumulado, y lo único que aspira es a vivir la última etapa en forma tranquila, de descanso, sin tener que ir todos los días al trabajo, sin tener una rutina», recordó. «Esta etapa, o mejor dicho, esta euforia dura uno o dos años».

-Después viene esa segunda etapa donde la soledad, al no tener objetivos, y al no tener una rutina, comienza a hacer mella. Si la persona no supera esta etapa, y vuelve a renacer, planteándose nuevos retos, ilusiones, y metas. Apartando inclusive el éxito económico; puede correr el riesgo de entrar en una depresión profunda donde el seguir viviendo no tiene mucho sentido. Por eso en la vida de una persona, nunca se termina de contar.

Ser emigrante…

Carlos Dorado vivió en carne propia la migración, fue parte de ella, y esa palabra, tiene un significado muy particular y profundo para él.

«Emigrar, es dejar familia, amigos, lugares y el país de uno, y enfrentarse a lo desconocido. Dejar la zona de confort, por mala que sea, para enfrentarse a la incertidumbre.
Por eso siempre dijo, que hay que ser muy valientes para emigrar y también muy valientes para quedarse», describió Carlos Dorado.

Es después de unos años, y con una visión a largo plazo y muchos trabajo y esfuerzo en el camino, es que se pueden ver los resultados. «Uno emigra para conquistar el país y el país termina conquistándolo a uno. Es aquí, donde encontramos el otro gran drama del emigrante: que la persona termina, en la mayoría de los casos, perdiendo sus raíces, sus origines; y se siente ciudadano del mundo, pero ciudadano de ninguna parte. Yo tengo un gran respeto y admiración por los emigrantes, porque vi a mis padres emigrar», manifestó Carlos Dorado.

¿Puede ser una lectura obligada para quien quiere emigrar o regresar?

-Más que una lectura obligada, diría que es una lectura recomendada. Escrita por alguien que lo ha vivido en primera persona. Que recoge sus vivencias, y que puede servir de análisis para cualquier persona que esté pensando en emigrar. Ahora bien, como decía mi madre, «nadie aprender por cabeza ajena», y lo máximo que uno puede aspirar, es decir: «esto es lo que yo he vivido, esto es por lo que yo he pasado». Con base en eso, tomar lo mejor de esa lectura y sacar sus propias conclusiones. ¡Porque cada cabeza es un mundo!.

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