Carlos Dorado: «Creo que ha habido mucha alegría en el endeudamiento»

«Bajo este ambiente, los bancos pueden definir estrategias para ayudar a sus clientes y otorgarles ciertos beneficios temporales, pero la solución tiene que venir a nivel macro con una política de subvenciones, ayudas e inversión pública, que permita a los actores en peligro poder recuperarse y afrontar sus pasivos«, indicó el vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado.

CARLOS DORADO

OBSERVADOR LATINO/DICIEMBRE 2021-12-12

Los indicadores de morosidad en algunos bancos latinoamericanos conservaron su solidez en los primeros meses del año, pero una nueva incógnita surge sobre su trayectoria futura cuando la pandemia de coronavirus parece no disminuir en el mundo y las solicitudes de aplazamiento de las deudas van en ascenso.

La covid-19, por ser un evento atípico, impulsó a los gobiernos a buscar un equilibrio entre  vidas humanas y economía. Mientras esperan con ansias la vacuna, una mayoría de las empresas podría cerrar y, por consiguiente, vendría el desastre económico, aseguró Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio. Sin embargo, un reinicio total de las actividades productivas, terminaría con muchas personas contagiadas y un costo considerable en vidas humanas, alertó.

«¿A qué se le debe dar prioridad?», se preguntó Carlos Dorado, quien recordó que la mayoría de los Gobiernos ha tratado de encontrar un término medio, con «restricciones, limitaciones, cierres parciales y temporales, sin llegar a la paralización total, tratando así, de contener las cifras de contagiados y fallecidos».

Esa realidad, ha generado un aumento de la tasa de desempleo, cierres de empresas y morosidad a la banca en general, con posibilidad de crecimiento debido a la profundización de la crisis a mediano y largo plazo. De allí, que los efectos colaterales de la covid-19 en los puestos de trabajo generan un impacto negativo cuando se analizan los impagos por parte de los deudores, al reflejarse con meses de retraso.

«Bajo este ambiente, los bancos pueden definir estrategias para ayudar a sus clientes y otorgarles ciertos beneficios temporales, pero la solución tiene que venir a nivel macro con una política de subvenciones, ayudas e inversión pública, que permita a los actores en peligro poder recuperarse y afrontar sus pasivos«, indicó el vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado.

En medio de la preocupación

A las condiciones actuales, un nuevo elemento se une a los lapsos de carencia crediticia de 3 a 6 meses que establecen las entidades financieras para dar un respiro a los hogares y organizaciones afectadas por la crisis sanitaria.

La calificadora Moody’s explicó en un informe que es preocupante la falta de visibilidad sobre la calidad de los activos reflejados en los primeros meses del 2020.

Carlos Dorado, como vicepresidente de Italcambio, dijo a GloboMiami que «los efectos económicos de esta pandemia a mediano y largo plazo están por venir. Si los Gobiernos no adoptan una estrategia global coordinada, la situación puede resultar en una grave crisis mundial sin precedentes. Por lo cual, una carencia de 3 a 6 meses puede ser un paliativo, pero está muy lejos de curar el verdadero problema».

Trece importantes bancos fueron analizados por Moody’s, entre los que destacan Bradesco (Brasil), Banorte (México), Santander Chile, Bancolombia y BCP (Perú). La mayoría de ellos reportó un aumento en las solicitudes de prórroga en el pago de los préstamos, reflejando el estrés financiero de los prestatarios.

En el caso del Banco de Crédito e Inversiones, que no fue parte del estudio, aseguró en su momento que esperaban más provisiones voluntarias antes del deterioro del índice de morosidad, a pesar de las medidas de refinanciación y reprogramación de préstamos.

Para Carlos Dorado, la racionalidad y toma de riesgo siempre tienen que ser conservadoras, por eso, «me gusta fundar empresas que perduren. Darle tiempo al tiempo, para ir creciendo en forma normal de acuerdo a la evolución de la empresa. Tratar de apurar el ritmo, con la toma de riesgos en forma agresiva, nunca ha sido algo que nos entusiasme». 

¿Qué tan flexibles deben ser los bancos?

-Carlos Dorado: Los bancos en general a nivel mundial están lidiando con varios frentes: la bajada de interés, lo cual les dificulta colocar excedentes; el poco diferencial entre tasas activas y pasivas que les merma la rentabilidad; una competencia importante de las fintech, una tecnología que cambia rápidamente, unos costos elevados por las regulaciones que les aplican, y un mercado de renta variable muy volátil, todo esto bajo un ambiente de pandemia mundial. ¡No es nada fácil! Por lo cual, el margen de flexibilidad no es mucho, y el margen de maniobra es mínima, comparada con el problema que está viniendo.

-¿Qué le recomienda a quienes tienen deudas con los bancos y siguen haciendo uso de sus instrumentos financieros?

-El endeudamiento en los últimos años, tanto público como privado, ha crecido exponencialmente. El informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés) presenta que la deuda mundial a finales de marzo de 2019, era de 246,5 billones de Dólares, lo cual se traduce en casi el 320 % del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, un aumento de alrededor de 20 puntos porcentuales desde 2012. Eso significa que en general, el mundo está tomando más préstamos de lo que está produciendo.

Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio, indicó que si se observa la deuda privada en Estados Unidos, «vemos un aumento en los préstamos bancarios, contribuyendo a que la deuda de las empresas no financieras suba a nuevos máximos: 74 % del PIB, según el IIF».

En su criterio, los Gobiernos también incrementaron su deuda con el fin de cubrir sus déficits presupuestarios. «Estados Unidos aumentó más del 23 % entre octubre del año pasado y finales de junio del 2020, ampliándose unos 750.000 millones de dólares». 

En el sector privado, informó Carlos Dorado, las deudas de las tarjetas de crédito «hablan por sí solas, en particular después de la crisis económica en la cual muchos volvieron a usar el crédito y/o préstamos de día de pago para cubrir los gastos mensuales cuando sus hogares se vieron afectados por la reducción de los ingresos y el desempleo. Solo para dar un ejemplo: cada hogar americano que tiene tarjetas de crédito posee una deuda acumulada de $15.799».

A nivel individual, Carlos Dorado propone a quienes tienen productos bancarios, «ser muy racionales y austeros en el gasto con tarjetas, sobre todo si no hay una perspectiva real de ingresos a corto y mediano plazo, y sólo hacer uso de las mismas en caso de necesidad real primaria».

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