Carlos Dorado «A una persona por el hecho de no tener acceso a un banco, no se le puede negar un servicio tan vital para ella, como es enviarle dinero a su familia que seguramente lo necesita para cubrir necesidades básicas» , explicó Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio.
CARLOS DORADO
OBSERVADOR LATINO/DICIEMBRE 2021-12-05
Las remesas son aquellas transacciones de dinero realizadas por los emigrantes a sus países de origen, provenientes de salarios o cualquier otra actividad legal que le permita generar ingresos suficientes para mantener unas finanzas equilibradas. Se trata de una actividad que en medio de la crisis mundial y las limitaciones propias de algunos gobiernos, ha sido trastocada por mecanismos ilícitos que la impulsan a ser cotizada a un valor mucho más atractivo para las naciones pobres. Con la tecnología, el envío de dinero ha tomado diferentes caminos que distan mucho de los canales regulares implementados por las casas de cambio o entidades bancarias. Sin embargo, presidente de Italbank y vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado, considera que el auge de los canales electrónicos no ha desvirtuado la esencia propia de las remesas, especialmente, por la facilidad del canje en cualquier divisa.
«En la actualidad, debido a la tecnología, se eliminó el hecho de tener que ir a una sucursal de una casa de cambio para enviar o recibir remesas», dijo Carlos Dorado, pero eso no significa que por la existencia de la comodidad del hogar al momento de realizar una transacción por medios digitales, exista una adulteración de los mecanismos legales propios de las instituciones financieras.
Recuerda Carlos Dorado, que «el hecho de que las remesas tomaron una buena parte del mercado al sector bancario fue precisamente porque el pago era casi instantáneo, a diferencia de una transferencia que tomaba días. Quiere decir, que las remesadoras lograron ser más eficientes que los bancos en los envíos«.
Las empresas encargadas de las remesas lograron una cuota importante del mercado, por eso captaron un público que no es bancarizado.
«A una persona por el hecho de no tener acceso a un banco, no se le puede negar un servicio tan vital para ella, como es enviarle dinero a su familia que seguramente lo necesita para cubrir necesidades básicas», explicó Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio.
Esta acción siempre se ha clasificado como «peyorativa o peligrosa», cuando se trata de una actividad social «de suma importancia que cumple un rol trascendental en el mundo. ¿Quién la desprestigia? Seguramente aquellos sectores que lo ven como una amenaza», reflexionó Carlos Dorado.
Las propuestas de Carlos Dorado
En el caso de Venezuela, las remesas llegan en su mayoría por canales ilegales, superando a las transacciones propias que se ejecutan en las casas de cambio. Ese fenómeno ocurre porque en el mercado paralelo, se encuentra un canje mucho más elevado que el ofrecido por los entes oficiales como consecuencia de un control cambiario.
Pero, revertir eso, debe ser el principal objetivo de las autoridades en el país, señaló Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio, es decir, lograr «que todas las remesas que llegan a Venezuela sean por los canales regulares y legales, como es en casi todo el mundo».
Si bien las transacciones en la nación ocurren con esa metodología, «las personas muchas veces ni saben que sus remesas se están yendo por caminos ilegales; bajan una aplicación, y no tienen la menor idea de cómo le está llegando el dinero a su familiar en Venezuela», puntualizó Carlos Dorado.
Entre las medidas que propone el vicepresidente de Italcambio están:
- Concienciar a las personas que sus bolívares le sean acreditados desde cuentas de las compañías legalmente autorizadas para hacerlo.
- Imponer sanciones importantes a los que se prestan para ejercer actividades para los cuales no están permisados y regulados.
- Que la tasa de cambio sea uniforme.
Eso significa, en análisis de Carlos Dorado, que si la tasa oficial es menor que la del paralelo, la persona no va a tener ningún incentivo para enviar las remesas legalmente, porque estaría perdiendo dinero o «lo que es lo mismo, su familiar estaría recibiendo menos».
Dijo Carlos Dorado que «si por encima de estos tres factores, se le aplica un impuesto a estas transacciones de remesas -que repito es una necesidad social básica- estaríamos incrementando más aún la brecha entre las ilegales y las legales».
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