En el libro “A la madre que me parió”, cuyo título resultó algo inusual para el momento de su publicación, se recopilan los artículos más recientes, destacados y quizás controversiales que Carlos Dorado, había escrito para el diario El Universal durante los años 2000-2003. A lo largo de las páginas de este libro, se reflejan algunas características poco comunes en un empresario. Por una parte, fueron artículos irreverentes frente a los acartonados modales sociales que impedían entrar a discutir a fondo los temas de mayor interés económico-social de aquella época. Y por otra parte, también fueron artículos profundamente reverentes con los valores y sabiduría popular recibida de su madre, y que Carlos Dorado consideraba estratégicos para generar un cambio esperanzador para la sociedad venezolana. Ambos aspectos, la reverencia y la irreverencia, quedaron plasmados en este libro, en el que algunas tendencias indeseables (casi malditas), fueron convertidas en bendiciones por parte del autor en muchas de las líneas de este libro.